En estos años, preparando y cuidando BONARDA ARGENTINA para difundir como corresponde el trabajo que se realiza en todo el país por este varietal, tuve mis problemas.
Fui aprendiendo a tener paciencia, a veces pienso que fue mucha...
Descubrí que no hace falta ser detective sino que con plena impunidad usaban mi trabajo para difundir otras cosas que no llevaban al mismo objetivo, con ganancia para algunos y excluyendo a la mayoría...
También vi que el equipo que se fue formando se maneja con respeto.
Respeto que se fue extendiendo y así me fueron obligando a cuidar lo que impuse o formé y que ahora es parte de muchos.
No se puede avanzar si no se dejan los pesos en el camino. Hay que aprender a reconocer que a veces las cosas no funcionan, y no por eso dejar de seguir adelante con los proyectos.
Así, como cuento a veces y hoy lo comparto con ustedes acá... busqué ayuda.
Y la encontré en EGUIA Marcas y Patentes, pero especialmente en su gente: Guillermo Felippa, esta vez a la cabeza, Javier Eguia y en Mendoza: Cecilia Vallejo.
Por eso el título de este post, porque me siento cuidada, protegida.
No siempre la amistad completa nuestras necesidades. A veces es mejor distanciarse para no perderla.
Eso decidí hacer hace unas semanas y me siento bien, con mayor tiempo para ocuparme de lo que realmente me interesa: avanzar.
Cuando uno es independiente, chiquito y creativo, el único bien que tenemos es nosotros mismos y nuestra energía de trabajo.
Gracias a Eguia y equipo y a quienes estuvieron cerca para convencerme que tenía que tomar esta decición para que las cosas se encaminen y el respeto se obligue a la parte que no lo tuvo por educación.
Salud!!! Bonarda Argentina sigue adelante!!!
Claudia Corin
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